Ella, joven y desinhibida, desatada, desorientada. Sonriente y sonrojante. Ella, cálida y húmeda. Informal como ninguna. Ella, con su cara de bebé y cristal, con sus piernas de asfalto y su olor a mar y eucalipto. Ella, tan alta y tan fea, tan baja y tan bella. Ella, tan pueblerina y vagamunda. Ella, olvidadiza, loca y descolocada, arrinconada y descentrada. Ella, siempre en el mar. Ella, tan poco en la tierra. Ella tan fuego y tan viento, tan aire y tan nada.
Ella, y yo que no la amo. Yo que estoy por puro interés con ella, tan interesada. Que acepté el matrimonio de conveniencia tan ni a favor ni en contra. Tan platónicamente plantado por otra, tan seguro de mis compatibilidades con las demás. Tan enamorado de las cicatrices de sabiduría de muchas, tan ensimismado por la misma desde la primera mirada.
Ella, adicta al repóker de ases, y yo pensando como un alfil. Ella tan anglosajona y asiática, yo tan moro, tan gitano, tan judío, tan cristiano. Ella tan Love Story, yo tan 2001. Ella tan carcajeante y colérica, yo tan bufón y pensativo. Ella, tan chilena por la escuadra, yo tan balón al palo. Ella tan sogni d’oro, yo tan in bocca al luppo.
Ella sabe que no la quiero y no le importa. Ella, tan segura de sí misma, tan encerrada en su mundo. Ella sabe que no me llena, pero no dejará de divertirse. Ella se pone reciente cuando yo me pongo eterno. Se hace la sorda cuando me pongo tierno.
*Emereci, por que yo no tengo una Buenos Aires con quien traicionarla, que si no...
miércoles, marzo 14, 2007
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6 comentarios:
Míranos, unos meses más tarde, yo tan infiel y tu tan poético. Definitivamente, lo importante en el amor no es como empieza, si no como acaba...
besos rojos y picantes
Sé que me iré triste, le habré cogido cariño, quizá caiga alguna lágrima, pero no la amaré, no puedo amarla. En el amor, tan importante es cómo empieza como cómo acaba.
Rafa, recuerda que aquí, todo bisho cuyo nombre comienza por "s", mata. Ella........She.
(¿te la imaginas llena de minifundios?)
traición, divino tesoro...
A tí en el fondo lo que no te gusta de ella es que es medio calvinista. :)
Y claro que te irás triste, porque a veces al amor lo sustituye la fuerza de la costumbre, como ya decían los Gabinete Calighari.
Es cierto, tan anglosajona, asiática y calvinista... ¿cómo se me pudo olvidar? jajajaja.
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