lunes, enero 28, 2008
El Cairo
Caos. El Cairo es caos, es ruido, gente, olores, mezquitas, iglesias, contaminación y coches, coches y más coches sin sentido ni orden en un big-bang que ni siquiera pueden domesticar las cinco llamadas a la oración que hay durante el día. Ese extraño magma tiene un dominante color amarillo que avisa al visitante de la proximidad del desierto y de su omnipresencia en el país más antiguo del mundo. Es también gente por todos sitios y a todas horas, noches que suceden al día sin que nada cambie y sin que el caos se relaje. Es una ciudad que exige una atención continua para sobrevivir a ella y para no perderse lo mejor de sus contradicciones y la convivencia del pasado, el futuro, el condicional y el pluscuamperfecto en un presente sin orden ni concierto ni ton ni son ni yin ni yan.
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3 comentarios:
Hombre, volvió mi Perla.
Te diré una cosa, a la manera de cualquier madre: tú, mucho cuidado al cruzar la calle.
Mira para un lado y para el otro; si hace falta vuelve a mirar. Y entonces cruzas para llegar sano y salvo y con esa barbita faraónica que provocará caiditas de párpados en las egipcias más avispadas... Y entonces tú vas y me lo cuentas todo.
Un abrazo, Rafa. Buena suerte.
Little G., me temo que no voy a poder recibirte con las piernas abiertas en Valencia la semana que viene, porque de momento voy a seguir en Granada; si tengo noticias nuevas te digo algo, Tutancabrón de mis amores.
Que no tatropelle el avión.
Pak, "K" a secas suena muy radicalguait, ¿nau? Te sigo keriendo de todas formas.
Me encanta tu frase "Y entonces tú vas y me lo cuentas todo". ¿Es la versión en egipcio de "no te digo nada y te lo digo tó"?
Besos gordos pa los dos, gorriones.
qué prosa honesta tienes, hijo de puta. ya la quisieran para sí todos esos a los que lees y admiras. felicidades por ello y por tu nueva aventura.
stammi bene, ovunque sia!
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