domingo, septiembre 23, 2007

APEC

Cerraron el aeropuerto, vallaron el centro, acordonaron el hotel, sobrevolaron la ciudad, vigilaron cada centímetro de tierra, agua y aire para comprobar que el emperador, el nerón del siglo XXI, el gurú de la seguridad y pirómano de la política internacional, estaba seguro. Interrumpieron la vida de más de cuatro millones de habitantes durante casi una semana para organizar una cumbre en la que los próceres del mundo decidieron, poco más o menos, que la contaminación es mala, aja, que hay que ser buenos, aja, y que hay que reducir las emisiones malas de aquí a nosécuantos años, aja, aja. Y la pregunta es...¿para qué coño quieren Canberra? Es una ciudad pequeña en mitad de un bosque de eucaliptos, con distancias inmensas, con cuatro habitantes, hecha para ser la sede neutral de un gobierno por el que debían de dejar de luchar Melbourne y Sydney. Un sitio ideal para organizar una cumbre de tales magnitudes sin molestar a casi nadie. Pero prefirieron interrumpir la vida de tanta gente durante casi una semana y demostrar lo bien que vigilan una ciudad tan grande. Y sin embargo, un par de plumillas disfrazados de bin ladenes se metieron hasta la cocina. Casi tocan al calígula tarado y a su séquito paranoide de matones guardaespaldas y ambulancias importadas para la ocasión. Y Australia hizo el ridículo. Simplicity Funerals.

2 comentarios:

Caesares8 dijo...

Lo estoy viendo, los que se colaron, se pusieron pelucas para ir a robar otras pelucas a una de las miles de tiendas de pelucas, y así pasar desapercibidos.
De todas formas, el que hizo el ridículo fue Bush con lo de agradecer el envío de tropas austriacas...a los australianos, pero claro, él estaba encantado de estar en la cumbre de la OPEP. ¿En qué estaría pensando? (¿en comprarse alguna peluca en Sydney?).

emereci dijo...

qué bueno eres cuando eres malo!
y qué loco está este mundo loco.
bicos