jueves, junio 14, 2007

Mardi Gras (II)

Beef Kovu

En su mochila y su estómago, dejen hueco para cruzar un abismo en el tiempo, en el espacio, y en la civilización. El tenedor debe de estar preparado para lo mismo: El viaje a través de la carne de ternera, la crema de coco, el tomate, la cebolla y el boniato nos lleva a Papúa Nueva Guinea. Sus ignotos peligros y territorios escondidos hacen que muchos gobiernos aconsejen no viajar a este país. Pero el paladar es libre. Un porcentaje desconocido de papuanos quizá prefiera cocinar otro tipo de carne bípeda. Nosotros elegiremos una pieza de unos 500 gramos de falda de ternera. Con un cuchillo de los que serían nuestro gran aliado en las selvas tropicales de Papúa, se debe de cortar la ternera en trozos de unos 2-3 centímetros. Una vez sazonada, se debe de mezclar con unas dos tazas de crema de coco para buscar el misterio de la dulzura del trópico. A esa ya inverosímil comunión de sabores y texturas se deben añadir las rodajas de un tomate mediano, los trozos pequeños de un boniato y una cebolla cortada muy fina. Es entonces cuando surge el abismo de la civilización para plantearnos dos opciones. Se pueden poner en un recipiente hojas de banana bien juntas sobre la que se incluirá la mezcla de todos los ingredientes, y se cerrarán con cuidado con hilo de cocina. La otra opción es hacerlo en papel de platina, igualmente bien cerrado. El negro de la carne, el rojo del tomate y el naranja del boniato, presentes en la bandera de Papúa, fusionarán sus tonalidades dentro de las hojas o la platina, que se incluirán dentro de un recipiente cerrado en cuyo fondo habremos vertido un vaso de agua. Todo ello irá al horno a 180 grados durante dos horas y media. Si vencemos a la impaciencia, el vapor de la humedad y el calor papuanos cocinarán los sabores de este plato en el horno. Papúa es el país con mayor riqueza lingüística del mundo, pero todos sus idiomas coincidirían onomatopéyicamente al expresar la delicia del beef kovu. Desde Port Moresby, selvas tropicales, islas desconocidas, especies olvidadas en su paladar.

5 comentarios:

Julia Delgado dijo...

Lo dicho. Esta sección tiene más futuro que el Bisbal en Japón.
Un saludo para los cocineros.

Caesares8 dijo...

sigo sin encontrar un encargo que haceros, pero si he encontrado algo para ti, Rafa:
http://www.nopuedocreer.com/quelohayaninventado/435/alarma-anti-cabezadas/

Caesares8 dijo...

5/alarma-anti-cabezadas/

copia esto a continuación del enlace anterior. No sé porque no dejan poner enlaces largos en los comentarios.

Shosholoza dijo...

Muy bueno, Luigi. Lo importante es ... ¿funciona en la piscina??? Aunque creo que ése es el único sitio donde Villegas está bien despierto.

Caesares8 dijo...

en la piscina no se duerme, pero seguro que en Japón tienen algo absurdo y adecuado.