Quizá indica de forma directamente proporcional el número de calvos que hay en la ciudad, o inversamente proporcional los complejos de los ciudadanos. Si nos metemos en un análisis más elucubrativo, puede ser que tenga relación con un cierto travestismo colectivo, una forma de tomar prestada otra forma, un deseo social de transformación inmediata y fugaz, un cambio de apariencia de quita y pon. Lo cierto es que Sydney está llena de tiendas de pelucas, se pueden encontrar por cualquier sitio, y es algo que quizá sólo ocurra aquí. Si la oferta respeta a la demanda, como dice la vieja y omnipotente ley, las tiendas de pelucas son a Sydney lo que los bares a Madrid, las creperías a París, las cafeterías a Nápoles, los psicoanalistas a Buenos Aires, los kleenex a Lisboa o el bicarbonato a Londres. Y me preocupa. Quizá sea una forma de rebelión estético-política contra el primer ministro, John Howard, el calvo más famoso de Australia. Pero lo dudo mucho, y eso también me preocupa.
lunes, abril 30, 2007
lunes, abril 23, 2007
Un paese
Una asturiana en Estambul le dijo a un madrileño en Dubai que quedara con un andaluz en Sydney. Se encontraron el andaluz y el madrileño y tenían en común a un maño en Emiratos, con el que el andaluz tenía en común a un vasco en Los Ángeles. Cosas curiosas, no?
martes, abril 17, 2007
Er niño er minifundio
El viernes me voy de camping, y er niño er minifundio no vendrá. Es la primera vez que ocurre esto desde que estoy en Australia. Él se ha ido y ahora los martillos vuelven a ser monofuncionales y yo soy el único que le hará la competencia a Triqui con las galletas del Coles. Ha vuelto a la España con bigote para fundar Vigo Junction y dicen que ya vende vegemite en los más selectos minifundios de Galicia.
Él, el más gallego de los andaluces australianos, el que exageraba mis exageraciones, vino para enseñarnos el poder de los abrazos y buscar a Angus, y ahora que se ha ido me ha nombrado a mí, su delfín durante los seis meses que estuvo, embajador de los abrazos en Australia. Ahora, hasta la consejera me pide achuchones furtivos, pero yo solo no puedo con tanta diplomacia-hug, Niño. Y encima, Angus ha vuelto de Holanda y merodea por la Ofecome a sabiendas de que te fuiste y ya no lo buscas.
Se fue pero la noche de su despedida fue tan colosal como su estancia. Lo colmamos de australianidad y él, en agradecimiento, se convirtió en Dyonisos en un restaurante olímpico donde ni siquiera la diosa Afrodita se quiso perder la cita.
Bebimos, bebimos y bebimos y esa noche los peces en el río nos hubieran mirado con sorpresa. Rompimos platos, bailamos desaforadamente desde las 21.00 y perdimos los papeles no mucho después porque no había otra forma de despedirlo.
Nos ha abandonado como se abandonan los zapatos viejos, y nosotros fuimos tan toreros por los callejones del juego y el vino, que ayer el portero nos echó del casino del Colombian porque él no estaba. Hablaré con el gondolero, Niño, y te dedicaré la exclusiva, pero el reportero Villegas ya no podrá serlo tanto sin tu arte andaluz en los camping en los que ya no estarás. Nos vemos en Andalucía del Norte o en Galicia del Sur. Que te vaya bonito en el minifundio.
martes, abril 10, 2007
Crónica de viaje
Azul.
Azul mar, azul paz. Azul cielo, azul anhelo.
Azul luminosidad, azul simplicidad, azul felicidad.
Azul infinito con azul cercanía. Azul lejanía con azul de mito.
Azul tiempo parado. Azul espacio alejado.
Azul borroso, azul clarísimo, azul coloso, azul pequeñísimo, azul hermoso, azul bellísimo.
Azul siesta, azul calma, azul yerba, azul palma.
Azul mundo latiendo lentos latidos.
Azul puesta de sol rojísima, azul flora verdísima, azul arena blanquísima.
Azul zumbido olido en el paladar.
Azul principio, azul final.
Azul Mar del Sur.
Azul mar, azul paz. Azul cielo, azul anhelo.
Azul luminosidad, azul simplicidad, azul felicidad.
Azul infinito con azul cercanía. Azul lejanía con azul de mito.
Azul tiempo parado. Azul espacio alejado.
Azul borroso, azul clarísimo, azul coloso, azul pequeñísimo, azul hermoso, azul bellísimo.
Azul siesta, azul calma, azul yerba, azul palma.
Azul mundo latiendo lentos latidos.
Azul puesta de sol rojísima, azul flora verdísima, azul arena blanquísima.
Azul zumbido olido en el paladar.
Azul principio, azul final.
Azul Mar del Sur.
lunes, abril 02, 2007
Fiji
Una catalana, una vasca, un gallego y un andaluz...comienza como un chiste, ¿no? El caso es que se van a Fiji. Ya les contaré dentro de una semana, pero de momento la sede de Oceanía Directo se muda de Sydney a una isla remota en mitad del Pacífico (Nacula) y a Nadi, segunda ciudad de Fiji. Un saludo preparadisiaco.
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