jueves, junio 21, 2007

Dilema moral

Señores del jurado, me encuentro ante el siguiente dilema moral: Como saben, el nombre de este blog es Oceanía Directo. Está bien que lo que les cuento sólo lo cuente en diferido. Pero lo que resulta inaceptable es tener dos mentiras en un solo título. Por ende, en tanto en cuanto mañana me desplazaré a Asia para pasar los próximos diez días, se me plantean dos posibles opciones como solución: O dejar de escribir, o cambiar el nombre del blog. Como la segunda opción es inviable, dado que soy el primero en Google con diversas combinaciones de palabras en su buscador y ello supondría tirar por la borda muchas horas de creación express, no me queda sino despedirme de ustedes durante los próximos días. Sin embargo, como avance informativo anuncio que volveré con una crónica gastronómica de mi viaje a Japón en forma de receta.

Sayonara, babies.

Se va, se va, se fue




El invierno llega y ella ya no estará aquí. Será más invierno sin el calor de su palabra. Ella, que podría ser irónica hasta pidiendo la hora. Sarcástica hasta durmiendo. Se va a los puertos y Australia se queda sola. Perderá su poco sentido, habrá que irse yendo. Todo será más frío sin el calor de su risa de adolescente y sus pensamientos de mujer de muchos siglos. Australia se queda sin su absolución salvo milagro, pero habrá sido el blanco de muchos de sus mejores dardazos porque quizás hasta sus ronquidos tengan dobles sentidos. Y eso hay que agradecérselo a este país. Australia ha provocado el latigazo de su mirada y el carnaval de su risotada. No encontró la gran ola. No vino a buscarla. Encontró poco más en este continente de tierra roja y mucho, mucho humo. Pero nosotros la encontramos a ella, y eso hace que todo haya valido la pena. En el fondo, ella ha sido nuestra gran ola.

Pongamos que hablo...de Belén.

jueves, junio 14, 2007

Mardi Gras (II)

Beef Kovu

En su mochila y su estómago, dejen hueco para cruzar un abismo en el tiempo, en el espacio, y en la civilización. El tenedor debe de estar preparado para lo mismo: El viaje a través de la carne de ternera, la crema de coco, el tomate, la cebolla y el boniato nos lleva a Papúa Nueva Guinea. Sus ignotos peligros y territorios escondidos hacen que muchos gobiernos aconsejen no viajar a este país. Pero el paladar es libre. Un porcentaje desconocido de papuanos quizá prefiera cocinar otro tipo de carne bípeda. Nosotros elegiremos una pieza de unos 500 gramos de falda de ternera. Con un cuchillo de los que serían nuestro gran aliado en las selvas tropicales de Papúa, se debe de cortar la ternera en trozos de unos 2-3 centímetros. Una vez sazonada, se debe de mezclar con unas dos tazas de crema de coco para buscar el misterio de la dulzura del trópico. A esa ya inverosímil comunión de sabores y texturas se deben añadir las rodajas de un tomate mediano, los trozos pequeños de un boniato y una cebolla cortada muy fina. Es entonces cuando surge el abismo de la civilización para plantearnos dos opciones. Se pueden poner en un recipiente hojas de banana bien juntas sobre la que se incluirá la mezcla de todos los ingredientes, y se cerrarán con cuidado con hilo de cocina. La otra opción es hacerlo en papel de platina, igualmente bien cerrado. El negro de la carne, el rojo del tomate y el naranja del boniato, presentes en la bandera de Papúa, fusionarán sus tonalidades dentro de las hojas o la platina, que se incluirán dentro de un recipiente cerrado en cuyo fondo habremos vertido un vaso de agua. Todo ello irá al horno a 180 grados durante dos horas y media. Si vencemos a la impaciencia, el vapor de la humedad y el calor papuanos cocinarán los sabores de este plato en el horno. Papúa es el país con mayor riqueza lingüística del mundo, pero todos sus idiomas coincidirían onomatopéyicamente al expresar la delicia del beef kovu. Desde Port Moresby, selvas tropicales, islas desconocidas, especies olvidadas en su paladar.

viernes, junio 08, 2007

Propuesta de himno

Ante la polémica insistencia de las últimas semanas por parte de políticos y jerifaltes del deporte español de crear una letra que acompañe a la marcha de Granaderos, o Real, o Himno de España, Oceanía Directo toma posición. Así, OD propone una letra acorde a la música de esta marcha y a la situación actual de aquel lejano país. La letra resalta los valores más profundos de la nación y la presenta como una tierra de oportunidades donde puede haber una casa para todos (o incluso catorce), una tierra en constante transformación que se está construyendo continuamente. Un lugar donde las más altas cotas pueden ser alcanzadas, donde el cielo no es un límite.

Viva España,
alzad ladrillos
hijos de la especulación
que hay que construir.
Gloria a la patria que hizo surgir
junto al azul del mar palacios hasta el sol.
¡Triunfa España!
cementos y taladros
roncan al compás
del sueño marbellí.
Incéndialo todo en verano sin fin
que vamos a asfaltar hasta Portugal.
Viva España,
alzad paletas
en esta gran nación
sueño de un albañil.
Gloria a la patria que hizo surgir
junto al azul del mar palacios hasta el sol.